martes, 31 de agosto de 2010

«Es un triunfo increíble»

El valenciano Terol y los catalanes Márquez y Espargaró, separados por cinco puntos, se juegan el Mundial de 125


M. J. DE FEZ / VALENCIA.

Siete carreras para decidir un título. El valenciano Nico Terol y los catalanes Marc Márquez y Pol Espargaró llegan al tramo final del Mundial de 125 centímetros cúbicos separados por apenas cinco puntos. Una exigua distancia que augura emociones fuertes de aquí al 7 de noviembre, cuando el campeonato echará el cierre en el circuito Ricardo Tormo.

La victoria en el Gran Premio de Indianápolis ha disparado el optimismo en el seno del Aspar Team. Las palabras de Terol lo confirman. «Ha sido un triunfo increíble. Felicito al equipo porque gracias a ellos he conseguido ganar dos veces seguidas. Además, la segunda en Indianápolis, donde logré mi primera victoria mundialista en 2008», subrayó un Terol eufórico.

El de Alcoy no podía prever un desarrollo tan plácido de la carrera. «Sabía que tenía que estar atento en la salida, porque Marc tenía un ritmo muy fuerte. Hasta que lo pasé tuvo tiempo de coger bastante espacio. Mi objetivo era mantenerme lo más cerca de él y esperar a que cometiera algún error. Antes de ver la caída de Marc me llevé un par de sustos que me obligaron a ser más prudente», explicó Terol.

El valenciano vive en una nube. Tras lesionarse en Montmeló y perderse la prueba de Alemania, el título del octavo de litro se convirtió en una quimera para Nico Terol. Sin embargo, los triunfos en Brno e Indianápolis han reducido las diferencias a la mínima expresión. «Después de dos ceros, estas dos victorias me llenan de moral, estoy muy satisfecho. El Mundial vuelve a estar al rojo vivo ya que Marc, Pol y yo estamos separados sólo por cinco puntos», comentó el piloto del Aspar Team.

El apretado final del Mundial de 2010 recuerda a lo vivido hace tres años en la misma cilindrada, con otro valenciano como protagonista. En aquella ocasión fue Héctor Faubel quien se jugó, y perdió, en Cheste el título con su entonces compañero de equipo Gabor Talmacsi. El húngaro llegó a la última cita del calendario con apenas diez puntos de ventaja y le sirvieron. El de Llíria venció en casa, pero su rival terminó segundo, lo que le permitió ganar el Mundial con cinco puntos de ventaja sobre un descorazonado Faubel.

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