lunes, 16 de mayo de 2011

Som, som, som de Primera Divisió!!!!



Ese fue el cántico que se escuchó a partir de las once de la noche en el campo de Mestalla. Más de 500 aficionados del conjunto granota se dieron cita en el coliseo valencianista para apoyar al equipo que dirige Luis García Plaza con el fin de conseguir juntos un objetivo común: LA SALVACIÓN.

Fue un duelo en el que primaron las faltas por ambos conjuntos, incluso las expulsiones (las de Xisco Nadal y Luis García). Pero ni con esas se iba a fastidiar la noche para los del levante. Ni eso ni los resultados que venían de otros campos. Tanto con la derrota del Getafe como la del Zaragoza dejaban al conjunto decano un año más en Primera, pero no fue así hasta que llegaron las primeras noticias del Sánchez Pizjuan donde el Sevilla marcaba el primero para los de Nervión.

El duelo fraticida entre los conjuntos valencianos fueron un mero trámite para los ranícolas que sólo necesitaban, tras los resultados mencionados, que la Real perdiera en Sevilla. Y así fue.


Ya os podéis imaginar la estampa en Mestalla: los aficionados del Levante como locos, los jugadores granotas más de lo mismo incluso pudimos ver a Ballesteros como se le iba un poco el tema de las manos. Ante todo hay que ser educado y pese a las provocaciones pasar del tema porque el objetivo está cumplido.
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Los jugadores ovacionados por la afición que allí se dio cita volvieron a salir al campo, después de celebrarlo mínimamente en el vestuario para agradecerles todo el apoyo que les habían brindado durante la temporada. Luis Garcia fue manteado por toda su tropa, se fundió en un gran abrazo con su presidente, Quico Catalán, y a partir de ahí todos fueron pasando por zona mixta con la sonrisa de oreja tras un empate que bien sabe a gloria.

Y la fiesta no terminó ahí. La siguiente parada fue la fuente, donde les esperaban cerca de 250 aficionados. Dieron tres vueltas con el autobús, bajaron del mismo, cantaron y bailaron con los aficionados y de ahí se marcharon a cenar a un conocido restaurante de la playa donde seguro se lo pasaron en grande.

Desde aquí, mi más sincera enhorabuena a todos los aficionados levantinistas por conseguir un sueño que pocos veían cerca, por apoyar a un equipo desde el minuto 1 cuando comenzó la temporada y por demostrar que ser pequeño también gusta y no hay de que avergonzarse. Y el Levante anoche lo que consiguió es ser grande y más en casa del vecino.